La miseria, algunos la ,llevan,
tan adentro, tan bien rebozada,
que es preciso sufrir muchas penas,
para, al fin, descubrir su fachada.
Se revisten de buenos modales
y se muestran corteses y atentos,
los mejores entre los mortales,
cual si fuesen, en todo, perfectos.
Sólo trazan un plan a seguir,
con el fin de lograr su objetivo
lo importante, es poder conseguir,
lo que creen, de su vida, un motivo.
Y si, acaso, no pueden lograr,
lo que buscan, con tanto tesón,
ellos mismos, se suelen quitar,
esa máscara, que les encumbró.
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