martes, 13 de mayo de 2014

Lealtad.

Te quise, cuando te tuve.
Te quiero y no te tengo,
y, por más que voy y vengo,
no desando lo que anduve.
Porque fui feliz queriendo,
hoy, soy feliz, recordando
y te seguiría amando,
aunque viviese muriendo.
Si se jura amor eterno,
se debe de respetar
lo que quisimos jurar,
en verano y en invierno.
No por mera obligación,
ni por cumplir un deber,
simplemente, por querer,
por mandarlo el corazón.
Y, por propio silogismo,
siendo fiel a los demás,
muy feliz te sentirás
y serás fiel a ti mismo.
Siempre, la felicidad,
se consigue, a mi entender,
cuando se es, como ha de ser,
cuando existe la lealtad.

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