que, junto a ti, dichosos, he vivido,
llenos de paz, de ilusión, de armonía,
que dudo hoy, si es que habrán transcurrido.
Es el segundo año que pasamos
tu onomástica, juntos y felices
y, como entonces, los dos nos hallamos
afianzados en las mismas raíces..
Que son las que nos dan, por fruto, amor,
único móvil que alimenta el alma,
que, aunque a veces, nos llena de dolor,
otras muchas, nos proporciona calma
y que es tan necesario, tan vital,
para nuestros espíritu sensible,
que perderlo, quizá, sería fatal,
deprimente, del todo irresistible.
Por eso, yo pongo mi confianza
en este santo, al que he solicitado,
ya que, por muy graciosa circunstancia,
es el patrón de los enamorados,
que vele nuestro amor y que lo cuide,
con todo su interés y con esmero,
pues, se que favorece a quien lo pide
y, como tal, su intercesión espero.

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