Tengo la mente en blanco, no respiro,
inconsciente, tal vez, como dormida,
alejada del mundo, de la vida,
en éxtasis total, sin un suspiro.
No quiero ni pensar por qué este giro,
ni por qué me quedé desvanecida,
sin ganas de vivir, estremecida,
acaso no estoy bien, quizá, deliro.
Me sumí, sin quererlo, en un sopor,
que a todos mis sentidos alteró,
la causa fue, sin duda, el desamor.
Tan injusto y perverso, que rompió
mi amante corazón, por el dolor.
Me preocupa pensar lo que ocurrió.
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