Ese bello atardecer,
con sus tonos irisados,
conmueve todo mi ser,
como si los propios hados,
se introdujesen en mí,
para enervar mis sentidos.
Jamás, como hoy, sentí
mis ojos agradecidos,
por tan hermosa visión.
Pocas veces, he gozado,
en mi modesta opinión,
de placer tan acusado.
Aunque, se hayan repetido,
los mismos atardeceres,
no obstante, hoy, he sentido,
un cúmulo de placeres,
tan intensos, tan grandiosos,
que me produjeron calma.
Esos momentos hermosos,
iluminaron mi alma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario