lunes, 27 de enero de 2014

Dormir.

No sé, si podré aguantar,
cada día, estos madrugones,
que me hacen caminar,
dormida y "a trompicones".
Hago enormes sacrificios,
para mantenerme en pié
y terribles "estropícios".
¡Todo me sale al revés!
Cuando empieza la jornada,
como sonámbula voy
y, cuando ya está acabada,
casi, dormida ya estoy.
A todas horas, me encuentro,
con la mente adormilada,
es la verdad, te lo cuento,
estando medio atontada.
Yo, necesito dormir,
las horas reglamentarias
y, si no lo hago así,
mi vida será precaria.
Y no llego a discernir,
por qué dicen que durmiendo,
aparte, de no vivir,
el tiempo se está perdiendo.
Pues, yo, bien he comprendido,
para mantenerse en forma,
que, es preciso, haber dormido,
por lo menos, ocho horas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario