Quiero mostrarme, tal y cómo soy,
con naturalidad, ante la gente,
quiero saber, segura, donde voy,
saber estar, donde quiera que estoy
y, siempre, a los demás, mirar de frente.
Que me admiren, si tienen que admirarme,
si a esa admiración me hago acreedora,
que me desprecien, si deben despreciarme,
en resumidas cuentas, bien juzgarme,
antes, después y siempre, como ahora.
Así sabré los amigos que tengo,
los que aceptan mi forma de actuar,
si los que están conmigo, están contentos,
o si, por el contrario, descontentos,
con mi sencillo modo de pensar.
Por eso, yo abomino el fingimiento,
querer los defectos esconder,
ser infiel a cualquier sentimiento,
seguir un meditado tratamiento,
e intentar lo contrario parecer.
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