miércoles, 21 de agosto de 2013

Amor al mar

Aquel hombre que vivía,
cerca del mar, en la costa,
en una calita angosta,
que bate el mar noche y día,
a sus impulsos seguía,
de forma muy singular.
Su delirio era nadar
y descansar en la playa.
Se construyó una atalaya,
contra los riesgos del mar
y desde allí contemplaba
el alba, con sus reflejos
en el agua, como espejos,
la puesta del sol, que amaba
y todo lo que admiraba,
de forma espectacular.
Apenas solía andar,
todo lo que pretendía
era oir, día  tras día,
el susurro de la mar,
que, en verdad, era su hogar.

Juanita Orellana,Lloret de Mar,1998.


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