viernes, 23 de agosto de 2013

La Sierra

El frescor del aire de la sierra,
acaricia mi rostro, suavemente.
Me siento relajada, enormemente
y agradezco el encanto de esta tierra.
Su silencio, el hacer de sus gentes,
sus caseríos, expandiendo el olor
de sus hermosas flores, el color
de infinidad de plantas diferentes.
El ambiente subyuga, adormece.
Las horas pasan lentas, contenidas,
muy presas en la mente, definidas,
contemplando como nuestra paz crece.



Juanita Orellana,Manzanares El Real, Madrid,2003.

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