Aunque no me doy cuenta, soy feliz,
porque es normal ese estado en mi vida.
Pero cuando tropiezo, sin quererlo,
entonces si que sé de mi desgracia.
Mas, no sufro, al contrario, sonrío,
porque entonces es cuando me percato
de la dicha que tengo y la valoro.
Juanita Orellana,Barcelona,2010.
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