martes, 20 de agosto de 2013

El amor

Cuando el sol con su fuerza nos abrasa.
Cuando la intensa lluvia nos empapa.
Cuando el viento nuestros miembros flagela.
Cuando el mar con sus olas nos envuelve.
Cuando el trueno nos turba y ensordece,
al cuerpo lo doblegan, obviamente.
Mas si el alma se siente entristecida,
porque perdió lo que tanto había amado,
ni el sol, ni la lluvia, ni el viento, ni el mar,
ni el trueno pueden estremecernos.
Solo importa el amor que perdimos.




Juanita Orellana,La Rábita(Granada),1993.

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