lunes, 19 de agosto de 2013

Naturaleza

Dios hizo el mar, las estrellas,
la tierra, el sol, el cielo
e inmensas cosas, tan bellas,
que nos sirven de consuelo.
Como el coral o las perlas,
el oro o los diamantes,
son una gozada verlas,
por sus reflejos constantes.
Las flores, como las rosas,
los claveles o azaleas,
todas ellas son hermosas,
al olerlas te mareas
con su aroma embriagador.
Se agradece respirar
ese exuberante olor,
dulce y fragante, a la par.
Las aves, con su plumaje,
dan colorido al ambiente
y embellecen el paisaje,
con lo que goza la gente.
Nos dan luminosidad
y a nuestros ojos encanto,
son una divinidad
que se mueven bajo el manto
de ese cielo luminoso,
de intenso o pálido azul,
enorme, majestuoso,
envolvente como un tul,
que da cobijo a otros seres
de especies muy variadas
y diversos caracteres;
todas ellas bautizadas
con sus nombres y apellidos,
que existen, aunque no cito;
todos ellos escondidos
bajo ese manto bendito.

Juanita Orellana,Granada,1945.




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