viernes, 23 de agosto de 2013

Razonamiento

Año, tras año, tras año,
Ochenta y ocho ya tengo,
aunque me parece extraño,
mejor dicho, no me avengo
a encoger mis movimientos,
que son lentos y pausados,
merman mis conocimientos,
durante tiempo estudiados.
Lentamente, ya he llegado
al ocaso de mi vida
y esos años han segado
mi memoria, ya encogida.
Necesito, diariamente,
para empezar la mañana,
apoyo constantemente,
aunque aparente estar sana.
Se acabó mi libertad
para moverme a mi antojo,
no adquiero movilidad
hasta que el bastón yo cojo.
Sin embargo, es la razón
la que siempre me ha asistido,
mi mayor compensación,
lo mejor que me ha ocurrido.


Juanita Orellana,Barcelona,2011.

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