miércoles, 7 de agosto de 2013

la sirenita

Sobre las rocas, sentada,
visiblemente asustada
lloraba una sirena
y, como me causó pena,
a su lado me acerqué
y, extrañada, comprobé
que de sus ojos manaban
perlas, que se deslizaban
por su rostro, relucientes,
tan blancas como sus dientes,
de una belleza sin par.
Todas volvían a la mar
y cuando quise cogerlas
me resbalaban las perlas.
Sus labios eran corales,
luminosos, magistrales.
Todo en ella embelesaba,
atraía, cautivaba
y cuando fui a consolarla,
con intención de abrazarla,
del sueño me desperté,
aunque siempre retendré
esa bonita visión,
mas, los sueños, sueños son.

Juanita Orellana,Lloret de mar,1975

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