La luz del sol me deslumbra al despertar.
su luminosidad se
hace palpable
y hace mi alrededor
tan venerable
como el cielo, el horizonte,
el mar.
Me siento indigna
tan solo al observar
esa magnificencia
tan estable,
que para otros es
inalcanzable,
y a mi ese
privilegio me han de dar.
Por poder contemplar
todo su encanto,
por vislumbrar
cuanto a mí me rodea:
el hermoso arco iris
de su manto.
Gracias Señor por
consentir sea rea
de toda su belleza
y, por lo tanto,
gracias, también, por permitir que vea.
gracias, también, por permitir que vea.
Juanita Orellana,Barcelona,2007.
No hay comentarios:
Publicar un comentario